Bolo

Nací de una acidez una tarde de domingo. Fue un parto contra natura, porque en general, se tiende a caer, o a salir… a salir en sentido gravitatorio. Pero yo fui eyectado hacia arriba. Recorrí un largo tubo bastante corroído hasta que asome cabeza ( es un decir), en ese entonces eramos todavía una masa amorfa. Luego de rozar la campanilla salimos y divisamos los primeros rayitos de sol dejando esa bocota llena de podredumbre. Creímos (adquirí esta identidad individual luego) volar por unos segundos, pero pronto nos precipitamos a la carucha que nos vio nacer. Algunos como yo tuvimos la suerte de deslizarnos pera abajo, o por los cachetes. Otros mas afortunados en la eyección llegaros a lares todavía mas favorables . Sin embargo, el mayor porcentaje de ese bolo de intoxicaciones regreso al seno de su progenitor, causándole un atragamiento poco feliz y un pasaje al otro lado bastante sufrido. Ahora ya como un ente solitario deambulo por las cañerias de ventilación de una conocida firma multinacional esperando la reunión de fin de año entre los directos nacionales y los gerentes generales de la empresa para salir despedido y estrellarme en la cara de algunos de esos asquerosos y vulgares muertos en vida.