Otros mundos/1

Otros mundos/1

Salgo de mi casa, bajo 72 escalones redondos, camino por un pasillo aggiornado con guirnaldas, abetos y aceitunas negras sin carozo, golpeo mi cabeza contra una marco y me pregunto: seré que soy yo quien esta fuera de los límites que me impone esta arquitectura?. Abro la puerta de calle y doy el paso que me introduce en una nube de mondongo y levadura. Poco a poco el viento me impulsa. A mi alrededor todo es aullido de gatos. La nube es octogenaria y tiene una superficie bastante difícil de medir porque no es un polígono regular. Sin embargo no me puedo librar de ese deber de informar a los lectores ideales de mi descripción la cantidad de metros cuadros que tiene. Con la sombrilla derecha, saco de mi bolsillo delantero una tabla trigonométrica y de mi zapatilla un caja de fósforos, que casualmente tiene escrito una frase muy interesante, que me da mucho que pensar: “come on baby light my fire”. Se me enciende la lamparita. Divido a la nube en 73 partes, en su mayoría traingulos escálenos y rectángulos. Sube la tensión, saltan los tapones para lluvia de los botines y quedo a oscuras. Soy un “nada me detiene”. Creo barrios, calles, pasajes, pienso en el medio ambiente y dejo pulmones de aire puro, utilizo escalas barométricas, e isométricas, aplico conocimientos de álgebra, economía, musicoterapia, reflexologia. Emprendo un plan de obras publicas sin precedentes, organizo recitales, invito artistas internacionales: Base por altura, sobre dos IS. Coloreo con diferentes tonos de beige la zona meridional. Soy amigo de la gente, creo canales de dialogo, pero se llenan de agua y de gente haciendo zapping. Participo en la primera maratón paralelogramica, se inscriben 1290 números primos. En la presentación incursiono con el humor: “gane quien gane, el 1 siempre será el depositario de toda dedicación”. Promediando la carrera, del pulmón ecológico, un conjunto de numeros irracionales liderados por raíz de dos, pone fin a la fiesta. Parentesis ( ) . Este es el punto de partida de la devacle de mi civilización: x, presenta un recurso de amparo y pide cambiar su identidad y el nombre en el Dni, se pone exequia exitoxa exorta, las ecuaciones se hacen interminables y las hojas no alcanzan. Tengo que producir mas y más papel. Sin poder planificar una política de reforestación acabo con el pulmón verde. Mientras tanto La y, espera respuestas, resultados. El espacio se desequilibra, se rompen los limites, los planos, los puntos, la continuidad, no es posible conformar una recta, menos una paralela. Recurro a mi caballito de batalla, un piolín de pizza. Provoco una lluvia y me resfrió. El germen leuda, crece. Desesperado, camino bailando al ritmo de un código binario botibuli. Me llueven recuerdos, entre ellos los de la tabla trigonométrica y los fósforos. Preparo la huida. Ato Boldon, gana los cientos diez metros con bayas, y yo ato a un extremo del mondongo de levadura, el piolin. Recogo las bayas y las hiervo. Rápidamente realizo un planeador con la tablita trigonométrica y planto 220 fósforos de manera que formen la palabra: . Mierda, no se ve, voy a intentar de nuevo: . Es la censura que me persigue. Me meto en el baño y hago ocho flexiones de brazo, tomo aire y me dispongo a bajar por el piolin. Pongo el avión en marcha atrás y una vez arriba de él, enciendo la mecha (el piolin) y el fuego sube hasta que pasa lo que ya saben ( por favor no me lo cuenten, lo quiero veo en el cine). De mi futuro, mejor dicho de mi presente no tiene mucho sentido hablar. Estoy saliendo nuevamente de casa, ya no hay escalones, ni pasillo, solo una atmósfera de miel.